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Es otra vez esa maldita luz cegadora. Como una caricia divina, abraza los barrotes de la ventana, y con su mano alada, armoniosa y delicada insiste en alcanzar mi piel. Retrocedo y me acuclillo, pero ella avanza. Trato de no dejarme impresionar, pero flirtea en el aire con destellos hechizantes, y lentamente vuelve a insistir en rozarme. Encojo las piernas y me abrazo las rodillas. Siento el frío tacto de mis carnes y me aferro al pensamiento de que es un sueño. Aún así se que está ahí. Cierro los ojos y sollozo. Lo veo todo rojo. Los vuelvo a abrir, cada vez está más cerca. No queda espacio entre mi pie y el resplandor plasmado en el suelo. Me alcanza y grito, siento su calor y lo temo. Me abraso. Doy un salto y me meto en la cama, tapo mi cuerpo y mi rostro. Ya me siento un poco más a salvo. Me dejo llevar mientras el sol calienta mi manta y caigo en un profundo sueño. Al despertar temo haber ardido. Levanto levemente las sábanas y con alegría compruebo que la luz ha desaparecido. Ha llegado la noche, y volveré a estar a salvo hasta que de nuevo, vuelva a entrar por mi ventana esa terrible luz cegadora.
Cartas psicóticas (Carta Primera)



1 Comment:

  1. Anónimo said...
    ¡Hola Alex!

    He seguido tu recomendación y he leído tus Cartas Psicóticas. Sólo decirte que me parecen excelentes, sobre todo ésta desde la cual te comento, ya que invita a la imaginación a volar hacia misteriosos derroteros.
    Además, sigo tus Crónicas de Adalsteinn, que también me parecen un trabajo excelente. Mis sinceras y envidiosas felicitaciones ;-)

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