Talón de Aquiles.
Hace 1 mes

Pero, volviendo a nuestro curioso personaje y al deporte por el cual había jurado dar su vida, deberíamos puntualizar que en sí, era una variante de un viejo deporte en el que en las últimas décadas se habían introducido sustanciales reformas. Probablemente, alguno de ustedes haya leído en antiguos libros, algo al respecto:
Hacía ya años que la antropofagia había huido de tabúes. La necesidad impera ante el pudor o la conciencia y aunque valga decir que sólo se practica en contadas ocasiones, ahora ya son más bien pocas, las personas que jamás han gozado de las nutritivas carnes de un igual. Quizás, querido amigo, según vaya usted avanzando en la lectura de esta historia, logre alcanzar a comprender las circunstancias que desplazaron a la moralidad para dar cabida a una anarquía de sentimientos dentro de la propia raza humana. Probablemente, no sea ésta la primera sorpresa que se lleve. Quizás deba reflexionar acerca de las doctrinas ancestrales que le han sido transmitidas desde niño. De cualquier forma, no deseo estar cerca para comprobar si su juicio se doblega ante las penurias de la hambruna, no sea que decida probar nuevas dietas y yo vaya a formar parte de ellas.
Los tiempos actuales. La Era Futura. Ese es el nombre que se le dio a los tiempos corrientes, ya que debido a las penurias por las que pasaba gran parte de la población por culpa de la escasez de alimentos en La Tierra, se sospechaba que éstos pudieran ser los últimos años que conociera el hombre. De ahí que como seguramente no habría más futuro que el inmediato, decidieron dar ese nombre al periodo acaecido desde La Erupción hasta la actualidad. Atrás quedaron sueños, proyectos y esperanzas. Una decadencia insolente burla de forma incesante a aquellos que vaticinaron glorias y conquistas más allá del manto azabache que cubre a nuestro planeta.Etiquetas: Zohn el heredero de La Tierra

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Zohntenniaght, aunque todo el que le conocía le llamaba simplemente Zohn, era un chico alegre, de avispada mirada pícara y nariz respingona. Aunque por estatura, podríamos decir que para su edad no destacaba, sí era cierto que una ancha espalda y un caminar con las piernas ligeramente arqueadas, lo hacían inconfundible para cualquiera que lo conociese. Empezó con un exhaustivo programa de entrenamiento desde que empezó a tener uso de razón, lo cual le había llevado desarrollar una potente condición física. No prestaba atención a las chicas de su edad, aunque ellas se fijaban a menudo en él. Unos cristalinos ojos azules hacían sonrojar a las chicas e intimidaban a muchos de los chicos de su edad. Pero él no era dado ni a inmiscuirse en problemas ajenos, ni a crearse los suyos propios, así que el interés que despertaba era temporal y a largo plazo podríamos decir que pasaba casi inadvertido.
Era la única forma que encontró para poder estar cerca del terreno de juego y no perderse detalle. De hecho, en la soledad de sus sueños, ansiaba convertirse en un auténtico guerrero del deporte local por excelencia, con la fuerza de un gigante y la decisión de una bestia. A menudo imaginaba que se enfundaba una coraza brillante hasta el extremo, con toda clase de púas y ganchos sobresaliendo en sus hombros, codos y espalda. Se veía calzando aquellas pesadas botas de acero, revestidas con malla de hilo de titanio y rematadas con púas y cuchillas capaces de atravesar las más resistentes de las corazas. En más de una ocasión, había visto luchadores con miembros amputados, o con graves heridas que o bien los dejaban impedidos, o bien acababan con sus vidas. En realidad, al ser el encargado del equipamiento, debía recuperar cada una de las costosas y significativas piezas, aunque para ello hubiera de quitárselas él mismo a los luchadores caídos.
Estaba ya acostumbrado al hedor de la sangre caliente empapando sus manos. Había limpiado piel, carne, tripas y hasta ojos que se quedaban adheridos al frío metal punzante que cubría los increíblemente fuertes cuerpos de los jugadores. Así pues, la costumbre le había llevado a trivializar sobre el significado de la vida. Sólo había para él un futuro posible y ese era el de convertirse en un valeroso guerrero. Si no era eso, no quería nada más, así que la vida tenía poco valor. Si por el contrario, se convertía en luchador, no concebía muerte más gloriosa que la producida durante la contienda en el terreno de juego.
Aunque ciertamente, pueda parecernos extremadamente cruel, en realidad no se trataba más que del fruto de muchos años de involución – a mi parecer- de la raza humana. Lejos quedaron los años en los que nos preocupábamos los unos por los otros. Los tiempos de solidaridad y de lo que antaño se denominó conciencia social, dieron paso a una degeneración paulatina en la que la faz de la tierra se cubría constantemente por la sangre derramada, fuera de forma justificada o no. La sed de sangre de los hombres y las mujeres volvió a los orígenes de la raza. Tal vez la superpoblación ayudara. Tal vez simplemente regresábamos hacia atrás, pero la cuestión era que cuando alguien ya no servía para los propósitos de la mayoría, simplemente era exterminado. Pero lo peor no era que lo hicieran así, lo peor es que ya lo veían como algo normal.Etiquetas: Zohn el heredero de La Tierra
Etiquetas: premios
Como inconformista, al frente de este blog, os presento a mi hermano Santi, del cuál he aprendido mucho y muy importante durante largos años. Él ha sido y sigue siendo un punto de referencia en el horizonte que en gran medida guía mi camino. A él le debo entre otras cosas, mi afición a la literatura y en especial a la ciencia-ficción. Un pilar indiscutible de mi vida, al que admiro y adoro aunque a veces no encuentre el modo de decírselo. Valgan pues, estas líneas, si cabe, para expresarle mi más incondicional apoyo en todo y para todo lo que acontezca en su presente y su futuro.Etiquetas: Otras cosillas
Me agrada saber que se encuentra ya mucho mejor. Aguardo con impaciencia su pronta y total recuperación y cuento con ansia los días que faltan para repetir nuestras pequeñas charlas. No puedo negarme a admitir que de un modo u otro, a mi me resultaban tan placenteras como espero que le resultasen a usted también.
Etiquetas: cartas psicóticas
Disfrutamos de inolvidables veladas, de interesantes e inteligentes conversaciones, abrimos nuestros corazones y desnudamos nuestras almas –además de nuestros cuerpos-. Acompañamos el tiempo con suculentos y exquisitos manjares, con dulces frutas de la tierra que saboreábamos junto con cada susurro, con cada confesión libidinosa y que nos hacía sentir dioses de un paraíso apartado del resto del mundo.Etiquetas: cartas a Suzanne
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