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Adiós.

Queridos amigos –los que me queden- y esposa. El pesar de la culpa, lastre de mi conciencia desde hace ya algún tiempo, me invita a despedirme de todos vosotros de una forma irrevocable. Sin embargo, tengo aún algunos pormenores que contaros y he creído más factible hacerlo mediante esta misiva, que con hipócritas y solitarios encuentros con cada uno de vosotros. De nada valdría mostrar compasión, clemencia, enojo u otros falsos sentimientos que, debo confesaros, no siento en absoluto. También creo vano el confesarme en la intimidad de vuestra confianza, en las penumbras de una amistad engañosa que emborrona las bocanadas de aire que tomo en estos, mis últimos momentos.

Es cierto, que hubieron instantes de luz en mi sombría existencia. Es cierto también, que los engaños sufridos congelaron mi alma en innumerables ocasiones. Aún así, en cierto modo os comprendo, tal vez incluso os envidie. La absoluta impunidad con la que trazabais infructuosos planes para conspirar a mis espaldas, para tomar a mi esposa como vuestra, la ligereza con la que ella convertía en papel mojado el matrimonio en el que tanta ilusión deposité. Todo ello invocó en mí el más retorcido de los deseos, la necesidad impía de trastornar la traición en tragedia, de dotar de un final cómico, casi burlesco, a la ópera de mi vida.

Debo admitir que el dolor condujo mis actos, aunque más allá de buscar pretextos o argumentar razones, únicamente pretendo poneros en antecedentes. Tardé en hallar respuestas, en escudriñar en el fondo de mi mente buscando porqués. Finalmente, debo aclararos, no los encontré. Sin embargo, bosqueje en la oscuridad de mi profunda soledad, una venganza que debo anunciaros antes de partir:

El dinero no lo es todo en la vida, pero indudablemente abre puertas. También abrió las piernas de vuestras mujeres, que sometidas al poder de los brillantes, complacieron mis mas obscuros deseos de alcoba. Para otras de ellas, bastó con el arrojo de un viejo –no tan viejo- afianzado en su cometido hasta la saciedad. Muchos ya habréis acertado, que no jugué limpio. Urdí estrategias a la medida de cada una y sus respectivos cónyuges, vosotros. Algunos descubriréis que vuestras señoras –no desearía en ningún momento faltar el respeto a tan encomiables damas- son tan o más zorras como lo sois vosotros. En ellas gasté una auténtica fortuna, de hecho, literalmente consumí la totalidad de mi patrimonio hasta la extenuación. –Eso es lo que heredarás de mí, cariño.-

Dicho esto, no me queda más que deciros. Adiós.

P.D.: Finalmente he concurrido en que la finalización de la, tan apasionada existencia estos últimos años, no podía acontecer en el melodrama del suicidio de un viejo decadente. Es por ello que he decidido disfrutar de la compañía de la que ya era mi amante, antes de conoceros a todos vosotros, a excepción de mi esposa –quién me la presentó un hermoso día de verano-, en alguna paradisíaca isla caribeña, dilapidando lo que he obtenido con la venta de la casa. Cuidad a mis hijos, esos pequeños revoltosos que estáis criando, junto a vuestras frívolas mujeres, desde hace ya algunos años. Adiós.



5 Comments:

  1. Vitalnn said...
    Tu entrada me confunde (como a Dinio la noche), puesto que no sé si hablas de una despedida real de abandono de este sitio..

    Como espero que no sea así, te diría que esta carta está escrita desde el alma, desde el último lugar de la razón, desde la sinceridad mas absoluta..

    Aún llena de rencor y despecho, esta carta se ofrece como un atrevimiento, como un instinto de supervivencia, como una última acción del orgullo.

    No te vayas todavía, no te vayas por favor, no te vayaaaaassssss todavía!!!

    Cuidate amigo.
    juan rafael said...
    Para mi, que a las féminas este post les va a hacer una gracia tremenda jajajaja
    Alex said...
    Vitalnn, no sufras cariño, no tengo intención de abandonar el blog. (Aunque es cierto que me ha pasado por la cabeza).

    Creo que aunque escriba poco, es una válvula de escape muy buena que me permite, en cierto modo, expresar cosas que no puedo contar a nadie.
    ¡A nadie!

    Esa supervivencia o ese último instinto de orgullo, es un reflejo de cómo nos gustaría que acabasen las cosas malas que nos pasan. Sin embargo y por desgracia, no deja de ser una fábula, un quiero y no puedo, que en muchas ocasiones no nos proclama vencedores al final, que nos deja con un palmo de narices y sabiendo lo mucho que hemos perdido.

    Sobre la sinceridad...Yo soy muy sincero, a veces demasiado. Sin embargo, muchas veces la gente no está dispuesta a escuchar lo que tienes que decir. Ni tan sólo cuando las palabras salen del alma.

    Me pareció que una, en apariencia, carta de suicidio, es una garantía de que aquellos a quién va dirigida, pondrán los cinco sentidos (y un sexto el que lo tenga), en comprender lo que les digo y analizar el fondo de ese chaparrón de palabras.

    A veces se juega y se gana. Otras veces se pierde. Pero sea como sea, el ser humano no está hecho para quedarse impasible. Queramos o no, sentimos y eso nos hace estar vivos.

    Juan Rafael, bueno eso depende. Si tu eres la esposa de uno de esos cabrones, puedes sentirte mejor, habiéndo tenido un romance, incluso quizás un hijo, con la persona que deseas, aunque ésta no sea tu marido.

    En realidad, reflejo que somos tan promíscuos los hombre como las mujeres. Lejos de casos particulares, no debemos ni menospreciar, ni despreciar a nadie. Todos somos culpables en cierto modo, aunque sea de pensamiento. ¿o no?

    Tal vez sea cosa de auto-justificarse, de expiar la conciencia de uno, basándose en que los demás son iguales. Quizás no sea así, pero ayuda pensarlo para poder dormir tranquilo.

    Gracias a los dos por comentar.
    ¡Besos y abrazos desde el Caribe1
    (Más quisiera yo)
    Anónimo said...
    Oye tio graciasm mañana si puede te añado al blogroll y te voy leyendo,es que no tengo mucho tiempo
    Saludos
    Alex said...
    No sufras Leinadd, andamos todos igual. Hablan del Euribor, pero olvidan que antes de hipotecar las casas, hipotecamos nuestro tiempo.

    (Joder, que profundo estoy últimamente! ¿Será la primavera?)

    Saludos,

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